sábado, 31 de marzo de 2012

Disfrutar: El buscador


El buscador - Jorge bucay -

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador
Un buscador  es alguien que busca.  No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que  sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda.

Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó  Kammir,  a  lo  lejos. Un  poco  antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención.

Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo  invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso  el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de  un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción … “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla  decía “Llamar  Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terrible mente conmocionado. 

Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.

- No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué  pasa con este pueblo?, ¿Qué  cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados  en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo   ha obligado a construir un cementerio de chicos?. 

El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que  pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven  cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí,  colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez  que uno disfruta intensamente de algo,  abre la libreta y anota en ella: a la  izquierda que fue lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo:

 ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas  y  media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y  medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento  del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más  deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país  lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así  vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para  escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero  tiempo vivido.

viernes, 30 de marzo de 2012

Encuentro: "Juntos pero no atados"



Cuando una persona se ama, y se siente contenta y plena con la vida que lleva, reúne las condiciones ideales para que se produzca el encuentro con otro ser con características similares. Es el encuentro de dos personas equilibradas, maduras y con capacidad de construir un proyecto de pareja.

El encuentro suele suceder en momentos de especial armonía y equilibrio intimo, momentos en los que estamos haciendo lo que queremos hacer y gozamos con ello. Momentos en que no buscamos con desespero a otra persona, porque no la necesitamos para sentirnos bien.

Suele ocurrir cuando estamos especialmente atentos y sensibles a nosotros mismos y a nuestro entorno. Para encontrar al otro, debemos estar atentos y abiertos a nuestra propia realidad.

Jaume Soler y Merce Conangla
"Juntos pero no atados"

Encuentro: "El alquimista"


El encuentro.
Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y futuro pierden completamente su importancia y solo existe aquel momento.

“El Alquimista” – Paulo Coelho

Confianza: El fuego, el agua y la confianza.


El fuego, el agua y la confianza caminaban por un bosque y conversaban sobre lo que harían si el azar viniera a separarlos. El fuego dijo:

-         Buscad el humo. Allí me encontrareis.
El agua dijo:
-          Buscad hierba verde y flores. Allí estaré.
La confianza dijo:
-          Mejor será que no me perdáis de vista, porque si lo hacéis es probable que nunca volváis a encontrarme.

Amable: Construirnos mas amables



Si queremos amor debemos construirnos mas amables, es decir mas fáciles de amar. Realmente hay personas difíciles de amar: nos pueden enamorar, nos pueden atraer, pero no se dejan amar, porque ellas mismas no se aman, y como consecuencia no saben dar ni aceptar amor, Construirnos mas amables es la base para construir relaciones de calidad.

Para ser amados, es necesario hacernos amables.

Jaume Soler y Merce Conangla " Juntos pero no atados"

Reciprocidad


La reciprocidad del amor:
Walter Riso - "Amar o depender"

La idea de un amor universal, indiscriminado e impersonal, que trasciende fronteras y se apodera de las parejas, me parece una mala importación oriental. Una traslación demasiado mecánica y ajena a lo que verdaderamente somos: humanos alborotados, coléricos hasta la médula, intensos y febriles. Krishnamurti decía que es más fácil querer a Dios que a un ser humano. Parecería que así es: con Dios vivimos pero no convivimos. La persona que queremos tiene nombre y apellido, seguro social y cédula de ciudadanía; además come, duerme, protesta, habla, demanda, abraza, llora, en fin, no es cuerpo glorioso: está viva.

… Los vínculos afectivos que establecemos con otros humanos siempre son personalizados. No queremos a los “juanes” desconocidos del universo conocido, sino a ese Juan o esa Juana en especial. No hay dos “juanes” o dos “juanas” iguales.

… Los lazos afectivos siempre pueden mejorarse y perfeccionarse, pero partiendo de lo que realmente somos, del amor habitual, contaminado y terrenal que se vive en el día a día. ... Las buenas parejas no vienen determinadas de fábrica. Hay que pulularlas en el trajín diario de esta vida, a fuerza de sudor, esfuerzo y muchas veces, de lágrimas.

… Mientras el amor universal no requiere de nada a cambio, el amor interpersonal necesita de correspondencia. Para que una relación afectiva sea gratificante, debe haber reciprocidad, es decir, intercambio equilibrado. El amor recíproco es aquel donde el bienestar no es privilegio de una de las partes, sino de ambas.

Es imposible convivir sanamente sin un equilibrio entre el “dar” y el “recibir”. Si una de las partes es mal dador, pero le gusta recibir afecto, es probable que estemos ante un avaro afectivo o un narcisista en potencia. Por el contrario, cuando la persona es una dadora de tiempo completo y no cree merecer afecto, la sumisión está presente. Para que la relación amorosa funcione, no debe haber desequilibrios muy marcados.

… Si somos sinceros, en el cuerpo a cuerpo, en la intimidad afectiva, bajo las sábanas, en las peleas, en los logros personales y en cada espacio de convivencia compartida siempre esperamos alguna equivalencia afectiva. No digo que haya que ser milimétrico y llevar contabilidades momento a momento. Lo que sostengo es que la desigualdad del intercambio acaba por destruir cualquier vínculo.

…Cuando se trata de aspectos esenciales, recibir se convierte en una cuestión de derechos y no en un culto al ego. Hay cosas primordiales a las cuales no podemos renunciar porque son imprescindibles para la supervivencia psicológica; y aunque no las hagamos explícitas, damos por sentado que deben existir para que la relación afectiva siga su curso. Si soy fiel, espero fidelidad; si soy honesto, espero honestidad; si soy cariñoso, espero ternura. De no ser así, no me interesa.

martes, 27 de marzo de 2012

Acompañamiento: No sufrir ni hacer sufrir



Para no sufrir, ni hacer sufrir a quien te acompaña en el amor...


Niégate a todo tipo de agresión. No conviertas tu relación en un campo de batalla. Puedes crear inmunidad a la violencia en cualquiera de sus formas. Sólo necesitas usar tres NO, negarte a tres cosas pase lo que pase. Puedes escribirlo y firmar con tu pareja el compromiso.


Me comprometo a:


* NO subestimar el dolor de mi pareja (ten compasión, métete en sus zapatos, camina con sus zapatos).
* NO agredir a mi pareja de ninguna manera, ni aprovecharme de sus debilidades (tener dulzura, delicadeza, etc.).
* NO fomentar la indiferencia afectiva, la frialdad, la falta de contacto físico o la ausencia de caricias (expresión de afecto positivo)

Walter riso- Ama y no sufras- 

lunes, 26 de marzo de 2012

Perdóname: Pablo Alboran


Táctica: Mario Benedetti


TÁCTICA Y ESTRATEGIA
. 
Mi táctica es 
mirarte 
aprender como sos 
quererte como sos 
. 
Mi táctica es 
hablarte 
y escucharte 
construir con palabras 
un puente indestructible 
. 
Mi táctica es 
quedarme en tu recuerdo 
no sé cómo ni sé 
con qué pretexto 
pero quedarme en vos
. 
Mi táctica es 
ser franco 
y saber que sos franca 
y que no nos vendamos 
simulacros 
para que entre los dos
no haya telón 
ni abismos
. 
Mi estrategia es 
en cambio 
más profunda y más 
simple 
mi estrategia es 
que un día cualquiera 
no sé cómo ni sé 
con qué pretexto 
por fin me necesites               


Caricias: Mario Benedetti


Informe sobre caricias
1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen
2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada
3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria
4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tiene tacto
5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia
6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación


Mario Benedetti

sábado, 24 de marzo de 2012

Humillación


Jamás humillarse

Walter Riso “ Amar o depender”

Someterse por amor puede generar dividendos a corto plazo, pero a la larga la persona que se rebaja produce fastidio. Es muy difícil amar a un ser que se doblega para obtener afecto. Un amor indigno es una forma de esclavitud. Y los dueños nunca aman a sus esclavos; los explotan o se compadecen de ellos.

Si la relación comienza a cabecear, la humillación es la estrategia más utilizada por los adictos afectivos. Las tácticas varían de acuerdo con el grado de deterioro personal, pero por lo general cuanto mayor sea el apego, más intenso será el despliegue de comportamientos humillantes.

Reclamos indecorosos o las preguntas indebidas. Lo que básicamente se hace aquí es reclamar afecto y atención sin pudor alguno: “Quiéreme”, “Recuerda mi cumpleaños”, “No te olvides que tienes que hacer el amor conmigo”, “Tienes que acariciarme de vez en cuando”, y así. En la vida de la relación, hay cosas que no se piden y que deben surgir natural y espontáneamente. Si no ocurren, estamos en alerta roja. Por más música y buenas intenciones que le pongamos, exigir afecto siempre deja una sensación de malestar en la boca del estómago, que después se convierte en indignación y muchas veces en depresión. No es lo mismo ejercer el derecho a la reciprocidad que implorar amor. Uno nos enriquece, el otro nos avergüenza.

Una segunda forma de humillación son los comportamientos degradantes y manipulativos. Los más comunes son suplicar, arrodillarse, llorar, gritar, la automutilación y los intentos de suicidio. Obviamente, estos comportamientos suelen ser muy impactantes a los ojos de cualquier observador.

La tercera tiene que ver con dejarse explotar. Si la persona acepta que se aprovechen de ella sin chistar, como una forma de asegurar su fuente de apego, ha entrado a los fangosos terrenos de la prostitución. En este tipo de relaciones, el usufructo no siempre debe estar relacionado con lo económico.

Una forma muy común de humillación y especialmente lastimosa, que podría considerarse una variante de la anterior, es aceptar el maltrato con estoicismo. Los pensamientos serviles que se esconden detrás de esta forma de sumisión suelen ser dos: “Si me castigan es porque lo merezco” o “Si no me quejo y aguanto estoicamente, nunca me abandonará”. Por lo general, estas personas han sido víctimas de un lavado cerebral sistemático por parte de su pareja. Si el adicto afectivo tiene la mala suerte de caer en manos de una persona mal intencionada, literalmente puede acabar con todo rastro de voluntad.

Una quinta manera de doblegarse y caer en el desdén es desvirtuar la propia esencia para darle gusto al otro. Complacer a la persona que se ama es uno de los placeres más agradables y excitantes. Satisfacer, consentir y colaborar con el bienestar del otro forma parte de la convivencia próspera. De hecho, sin reforzadores el amor se siente pero no se ve; es decir, no alcanza. Sin embargo, este “dar” a borbotones debe tener un límite autoimpuesto: no debo atentar contra mí mismo para que mi pareja sea feliz.

La sexta forma de sumisión es la más sutil y utilizada. Consiste simplemente en no expresar los gustos o necesidades. Un silencio zalamero y disimulado, que agrada y halaga a la otra parte y, de paso, la retiene. La humillación no se nota y la manipulación es encubierta: “Si me dejo llevar, nunca me dejará”. A los ojos de cualquier observador desprevenido, la pareja es modelo de perfección. Las coincidencias sorprenden y la congruencia es increíble. Pero en realidad el adicto se somete a los gustos del otro: “Lo que tu quieras, mi amor” o “Lo que te parezca a ti está bien”. El amor en pasta y bien administrado. Un sometimiento sagaz, que garantiza la permanencia del dador afectivo y sus respectivos beneficios.

Por último, existe una forma truculenta de mantener indignamente a la pareja: compartir la persona amada con otra. La canción de Pablo Milanés, “El breve espacio en que no estás”, muestra esta faceta del apego en plena efervescencia: “La prefiero compartida, antes que vaciar mi vida”. Desastroso y lamentable. La mayoría de los adictos afectivos cuya pareja es infiel, terminan por aceptar resignadamente el hecho.

Comunicación: Cuaderno de bitácora


Extracto del libro "Cuaderno de Bitácora"
Ferran Ramón Cortes
 GREGAL

¿Cuanto hace que no nos concedemos el tiempo necesario para hablar sin prisas?

            Escatimar tiempo a la comunicación, es algo se paga muy caro. Cuando se dejan abiertos pequeños conflictos por no tener tiempo de cerrarlos, de discutirlos a fondo, se termina por generar conflictos mucho mayores, que luego van a requerir una inversión de tiempo muy superior para abordarlos y solucionarlos.

1º dedicar tiempo, todo el que requiera y considerarla una prioridad – querer hacerlo y saber encontrar tiempo-

LEVANTE

            Escuchar al viento con atención es lo que te permite tomar las decisiones.

            Ojala nos escucháramos así, con atención para entender el punto de vista del otro. Para aprender. Y ojala siempre lo hiciéramos antes de optar por cerrarnos en banda, antes de comenzar a discutir.

            2º Escuchar para descubrir, para aprender, para conocer, para entender el punto de vista del otro, escuchar sin miedo, escuchar con atención.

            Lo que el otro dice y lo que no te dice, escuchar para saber de verdad que es lo que el otro quiere decir, y entonces solo entonces es el momento de hablar.

SURESTE

            Estar en contacto con mis sentimientos es la clave para gobernar mi comportamiento, para no reaccionar de forma agresiva y no perder el control.

            Hay una empatía intelectual, capaz de pensar en el otro, pero no capaz de ponerse emocionalmente en su lugar, de sentir como el.

3º Comunicarse es estar en contacto con nuestros sentimientos y evitar que nos gobiernen, y ser capaces de captar los sentimientos del otro, aun ocultos en las palabras.

SUR

Mientras me revelaba contra la tempestad de viento y la maldecía, la navegación se me hacia insoportable. Había cerrado los ojos al temporal, negando que estuviera allí por que no me gustaba y no lo quería ver. Esto me hacia navegar a ciegas; limitado a reaccionar contra lo que no quería ver.

            En el momento en que lo he aceptado todo ha cambiado, mirar a la cara al temporal y verlo en toda su dimensión, sin pensar si era bueno o malo, sin juzgarlo.

            Solo abriendo los ojos, aceptándonos el uno al otro en la situación en que nos encontramos en cada momento, podemos sentirnos cercanos incluso no estando de acuerdo pensando de diferente manera.

            Casi siempre es a los que mas amamos a quienes mas a menudo juzgamos, por que son las personas con las que tenemos mas expectativas, las que mas queremos que sean tal y como deseamos y que hagan las cosas como nosotros creemos que se han de hacer. Todo comienza por nuestra propia aceptación

            4º Aceptar sin juzgar, aceptarnos nos acerca, juzgarnos nos aleja, aceptar no significa estar de acuerdo, pero si querer ver al otro tal como es, no como nos gustaría que fuera.

PONIENTE

            El mar no es para los que tienen prisa, no es para planes muy definidos; es para los que se marcan una dirección, un rumbo y se dejan ir guiando por los acontecimientos.

            A lo largo de la travesía nos hemos adaptado a los acontecimientos, que es lo que hacemos al comunicarnos. No nos seguimos el uno al otro nos fijamos un destino una fecha y vamos hasta el final

            Todas las veces que se lleva una conversación demasiado lejos, hemos estirado del otro en lugar de acompañarlo, haciéndole seguir un rumbo que no era el suyo.

5ª Acompañar, avanzar junto al otro, a su lado y dejando que llegue por si mismo a sus propias decisiones y soluciones.

COMUNICAR ES LO QUE NOS AYUDA A CRECER Y CUANDO COMUNICAMOS LO HACEMOS PARA AMAR

Sacrificio: La princesa busca marido


LA PRINCESA BUSCA MARIDO (Jorge Bucay)

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.

Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.

La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:

- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.

Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:

- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre?

Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.

Sacrificio


Los que consideran su amor como un sacrificio, invariablemente
quieren que se les recompense por él.

Uno de los malentendidos clásicos sobre el amor pasa por la creencia de que el amor supone sacrificio. Pero el sacrificio es una forma de deterioro del amor. No debemos confundir generosidad hacia el otro con estar dispuestos a sufrirlo todo para demostrarle nuestro amor. No es amor aguantarlo todo ni renunciar a nuestra propia evolución y proyecto vital. Si así lo hacemos, dejamos de respetarnos y, para amar bien, el respeto, el cuidado y el amor por nosotros mismos son requisitos esenciales.

Jaume Soler y Mercé Conangla 
" Juntos pero no atados"

Miedo: Alma de Ratón

Walter Riso - Amar o depender
Había un ratón que le pidió a un mago que lo salvase de su pánico a los gatos. Fue complacido y transformado en gato. Pero comenzó a tener miedo a los perros; para salvarlo, a instancias suyas, el mago lo convirtió en  perro. Pero como perro, temía a la pantera, y el mago lo convirtió en pantera, con lo cual comenzó a temer al cazador. El mago entonces lo volvió de nuevo ratón” porque al que tiene alma de ratón – le dijo –nadie le quita el miedo.

Autocontrol


EL PRINCIPIO DEL AUTOCONTROL CONSISTENTE.
Walter riso - Amar o depender -

Si le tengo miedo a las arañas, la mejor manera de vencer la fobia es permanecer el tiempo suficiente con ellas para que mi organismo se habitúe a la adrenalina: a este proceso lo llamamos extinción. Algo similar puede aplicarse ante la muerte de un ser querido. La mejor fórmula es lograr la aceptación total y radical de la pérdida mediante exposición. Es decir, promover el contacto con todo lo que recuerde al fallecido hasta agotar el dolor: a este proceso lo llamamos elaboración del duelo.

Pero cuando se trata de apegos, la cosa es distinta. Las adicciones no se vencen por exposición. Aquí la mejor opción es el autocontrol y la resistencia activa. Recordemos que en la adicción no hay empalago; por el contrario, cuanto más droga recibe el adicto, más dependencia crea. A veces parecería no haber límite.

Muchas personas apegadas y hartas con su problema, deciden equivocadamente terminar con la enfermedad metiéndose en la boca del lobo. La creencia que los anima es: “Si lo enfrento, mejor… Más rápido acabo con esto”. Pero el resultado de esta estrategia suele ser el agravamiento de los síntomas: más amor, más locura y más obsesión.

No podemos procesar la pérdida si el enfermo está en cuidados intensivos. Nadie entierra a un familiar vivo antes de tiempo, así esté en estado de coma. Cuando la persona apegada pierde toda esperanza de reconciliación afectiva o de mejoría, y acepta que ya no hay nada que hacer, apenas comienza a procesar realmente la ausencia. Entonces sí, la exposición puede dar resultado. Pero antes, cuando la dependencia está viva y en pleno auge, cualquier aproximación a la persona que se quiere olvidar es activar inútilmente el dolor, sensibilizar el amor y fortalecer el apego.

Si se desea acabar realmente con una relación enfermiza y no recaer en el intento, la extirpación debe ser radical. No se pueden dejar metástasis. La ruptura debe ser total y definitiva. Veamos algunas estrategias:

a. Análisis parcializado conveniente…lo malo no hay que olvidarlo. Y a veces también hay que resaltarlo. Cuando se trata de relaciones muy enfermizas, la mejor estrategia es concentrarse en lo malo y hacer un análisis algo parcializado del vínculo. … Mantener los aspectos negativos presentes, activos y disponibles, no significa vivir amargad@ y resentid@. Por el contrario, recordar lo malo de manera constructiva es decirse una y otra vez: “Gracias a Dios, logré separarme” y “Gracias a Dios, no he vuelto a recaer”.

b. Hablar con personas que están de nuestra parte.
Lo peor que le puede pasar a una persona que se está separando es tener amigos “objetivos”. No falta quien quiera parecer equilibrado y ecuánime: “¿Se separaron?... ¡Qué pesar!... Era un hombre con muchas cosas buenas…” o “Tu ex mujer era una persona excepcional… ¡Qué lástima!”. La mayoría de la gente opina sin tener idea.
…Es mejor rodearse de personas incondicionales que nos animen y apoyen en la decisión. …En estos casos, los mejores amigos son los que nos dicen lo que necesitamos oír para no volver atrás.

c. Control de estímulo o las buenas evitaciones.
Hay que cortar las fuentes inconvenientes de información y no someterse a los estímulos que disparan la urgencia afectiva. Durante un tiempo es mejor no llamar ni hablar con la persona que se quiere dejar; no verla, evitar lugares nostálgicos o gente que nos la recuerde.
También se deben bloquear, en lo posible, todos aquellos estímulos sensoriales que activen esquemas pasados. Perfumes, fotos, música, texturas o sabores que generen evocación, deben ser totalmente eliminados. Dos o tres meses sin saber de la persona amada pueden ser un buen comienzo. Pero apenas eso. La vigilancia y la atención despierta no deben desfallecer, a veces durante años. Si ocurrieran encuentros cercanos del tercer o segundo tipo, es probable que el adicto recaiga y comience una nueva etapa de descontrol total.

Aunque el autocontrol y la autorregulación del comportamiento no es la solución al problema, ayuda a que se establezcan las condiciones para comenzar un trabajo más profundo, donde se pueda fortalecer el déficit que se esconde detrás de cada apego. La autodisciplina es lo opuesto de la inmadurez; fortalecerla es madurar emocionalmente y aprender a manejar los impulsos que el apego desencadena. No puede haber adicción si hay autocontrol.

Amor & Sacrificio


Cuento de la autoestima al egoísmo – Jorge bucay –

… Por último, los invito a escuchar un cuento que se relaciona con lo que hemos venido diciendo sobre el egoísmo. Es de un escritor estadounidense llamado 0’Henry, quien lo tomó de un viejo cuento suizo.

Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece años y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos azules, hermosos y maravillosos.

La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho años y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.
Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayuda  do en esa relación.

Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría  todo con el trabajo; un suéter tejido tampoco la convencía pues ya le había tejido suéteres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo...

Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo  por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los  vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del aniversario.

Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio  una hermosa cadena de oro expuesta en la vidrieria. Entonces recordó que había un solo objeto material que  adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde que era niño, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de  luz  sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba  un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche.

Ella pensó: “Qué maravilloso regalo sería esa cadena de oro para aquel reloj”. Entró a preguntar cuanto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder  comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.

Salió del pueblo un poco triste, pensando qué  hacer  para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces  pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: “Se compra pelo natural”.Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar.

El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la  cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar cadena y reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera:

Si dentro de tres días regreso para venderle mi  pelo, ¿usted me lo compraría?
Seguro —fue la respuesta.
Entonces en tres días estaré aquí.
Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y vol  vió a su casa. No dijo nada.
El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a trabajar y ella bajó al pueblo. Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solia regresar.

A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo.

Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de abajo de la mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro para el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peinetas que él había comprado...vendiendo el reloj de oro del abuelo.

Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor no se olviden de esta historia. El amor no está EN  nosotros para sacrificarse por el otro, sino  para disfrutar de su existencia..
Si te amo, 1o mejor que puedo hacer es  bajar para construir la manera en que los dos vivamos juntos el mayor de los placeres: el encuentro.  Un encuentro donde tú sepas que estoy al lado porque me quiero y me prefiero; y donde yo sepa, que estás al lado mío porque, haciendo uso de tus mejores egoísmos, me elegiste para  estar contigo,

Muchas gracias. Aplausos.

Autorrespeto


Autorrespeto.
Walter Riso –  del libro “Amar o depender”.

Tu pareja, por encima de todo y sin excusas, debe amarte y respetarte. Si ninguna de las dos cosas se dan (deben ser las dos o nada), estás con la persona equivocada. Recuerda: no te merece quien te haga sufrir.

El autorrespeto es una guía, una luz en la mitad de la oscuridad. Es el punto de referencia psicológico que te dirá cuándo has perdido el norte. Si la dignidad personal se activa, el apego se diluye y pierde fuerza.

Predicar un amor recíproco es aceptar que todos los humanos son valiosos, incluido tú mismo. Resignarte a una mala relación automáticamente te quita el derecho al amor, porque serías cómplice de tu infelicidad. Defender tus derechos y negarte a la humillación te vuelve más querible y eliminar el autocastigo te hace libre.

Para vencer el apego y no volver a caer en él, tu mente debe acostumbrarse a no negociar los principios. Un ser carente de ética es un individuo sin dirección, influenciable y esencialmente contradictorio. No obstante, la vida siempre te ofrece otra oportunidad; una manera de empezar de nuevo y limpiar el pasado. En lo más profundo de tu ser hay un fortín que no ha sido tocado.