Yoga la ciencia del alma - Osho -
Por ejemplo, te enamoras. El amor te
proporciona un sentimiento, el sentimiento de que la felicidad está
en alguna parte cerca de ti. Sientes que, por primera vez, alguien te
da la bienvenida, que al menos una persona te da la bienvenida.
Empiezas a florecer. Con una sola persona dándote la bienvenida,
esperándote, amándote, cuidándote, empiezas a florecer. Solamente
es el principio; luego tus pautas erróneas empiezan a actuar.
Inmediatamente deseas poseer al amado, al que amas.
Y poseer es matar. En el instante en que
posees a tu amada, la has matado. Entonces sufres. Entonces sollozas
y lloras y crees que tu amada se equivoca, que el destino está
equivocado, "El destino no juega a mi favor". Pero tú no
sabes que has envenenado al amor a través de la posesión, mediante
la posesividad.
Pero todos los amantes están haciendo
esto y todos los amantes sufren. El amor, que podía proporcionarte
el más profundo de los goces, se convierte en la más profunda de
las aflicciones.
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